A la pregunta clave ¿Puede el patrimonio contribuir a construir sociedades más inclusivas e igualitarias? cuestiona la supuesta neutralidad del discurso patrimonial y sus prácticas que se plantean desde el feminismo, abordando, con especial interés, el debate relacionado con la tensión existente entre visibilizar y valorar la contribución de las mujeres y la necesidad de transformar y resignificar el patrimonio desde la perspectiva de género.
Finalizó proponiendo algunas claves y pautas a tener en cuenta para incorporar el enfoque de género en el diseño de políticas y actuaciones relacionadas a la gestión del patrimonio. Entre otras, propone las siguientes:
- Integrar la perspectiva de género en todos los programas que desarrollan los museos (programas educativos y visitas guiadas).
- Capacitar al personal del Museo (guías, responsables de programas) para que puedan realizar lecturas de las obras desde la perspectiva de género.
- Revisar desde la perspectiva de género la política de exposiciones de los museos y fijar un porcentaje de incremento anual de las exposiciones de mujeres artistas, tanto en exposiciones colectivas como individuales hasta que se dé una representación proporcional y equilibrada de mujeres y hombres.
- Revisar desde la perspectiva de género los protocolos y criterios de compra y las líneas prioritarias de adquisición e incluir acciones positivas dirigidas a equilibrar la representación de las mujeres y hombres.
- Revisar desde la perspectiva de género las bibliotecas y archivos de los museos.
- Realizar análisis de impacto del género de los presupuestos.
- Garantizar la representación equilibrada de mujeres y hombres en todas las estructuras de toma de decisiones; el patronato, comisiones artísticas y jurados.
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